Hace unos meses escuché en la radio que la música, con los años,
se estaba volviendo cada vez “más uniforme”. Aparentemente, la amplitud de las
notas musicales es más reducida por lo que la mayoría de las canciones se
parecen más. El oído prefiere escuchar más de lo mismo. En un comentario
reciente que publiqué en Facebook, escribí que estábamos rodeados de gente que también,
al leer lo mismo que nosotros y escuchar las mismas noticias, tiende a pensar lo
mismo. Mi hija, que estudia diseño industrial entregaba esta semana un trabajo
sobre como la globalización genera diseños similares en moda, arquitectura,
muebles, páginas Web… Parece que todo nos conduce a lo mismo: Nadie se arriesga
a pensar, ser o crear diferente, se busca más de lo mismo.
Como psicólogo, sigo manteniendo que hemos creado una
sociedad narcisista y como consecuencia la crítica se vive mal. Si todos
leemos, pensamos, diseñamos y escuchamos lo mismo, todos seremos iguales y la
amenaza de la crítica desaparecerá. Aunque nuestros egos agradecerán la falta
de amenaza de cualquier comentario que cuestione nuestro trabajo, nuestras
vidas no lo harán.
La desaparición de la crítica, que en apariencia puede ser
buena, nunca lo será. Sería como decir que el conflicto tiene que desaparecer y
sabemos que sin él, no podemos crecer ni avanzar. Lo preocupante de que todos
pensemos igual es que nunca encontraremos soluciones nuevas a los problemas.
Todos abordaremos las dificultades de la economía, de las relaciones con
familiares y amigos y del trabajo de una misma y única manera. Nadie ira
contracorriente, nadie será original, nadie nos hará pensar ni nos forzará a
plantearnos distintos caminos para llegar a una misma meta final.
Nos habremos instalado en la mediocridad y en un crecimiento
lento sin revoluciones científicas, ni políticas, ni laborales. Y sin esos
cambios nos mantendremos iguales todos, como productos hechos en serie, abocados
al aburrimiento.
Señores, atrevámonos a probar cosas nuevas, seamos
optimistas y dejemos de hacer lo mismo y pensar lo mismo que los demás.
Salgamos del círculo de confort de ser como todos para probar cosas nuevas. Perdamos
el miedo a la crítica, aprendamos de nuestros errores, arriesguémonos. Solo así
seremos diferentes y cambiaremos las cosas. Solo así, y trabajando duro
saldremos de la crisis.
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