Esta vez poco tenemos que decir. Nos hemos encontrado con un artículo en El País del 12 de Mayo que resume muy bien lo que pensamos. El término que se ha creado resume muy bien lo que entendemos que el exceso de información está generando en todos nosotros: INFOXICACION o intoxicación por exceso de información. En el artículo Sergio Sanjul escribe:
"Y todo esto cansa a la mente. El psicólogo David Lewis creó el concepto de Síndrome de Fatiga Informativa, en su informe Dying for information? (¿Muriendo por la información?) elaborado para la agencia Reuters. Se da en personas que tienen que lidiar con toneladas de información procedente de libros, periódicos, faxes, correos electrónicos, etcétera, y que, según Lewis, provoca la parálisis de la capacidad analítica, ansiedad y dudas, y conduce a malas decisiones y conclusiones erróneas. Dos tercios de los 1.300 profesionales entrevistados por Reuters achacaron al estrés producido por manejar altos flujos de información daños en sus relaciones personales, baja satisfacción laboral y tensión con sus colegas. "El exceso es más perjudicial que provechoso", opina Jorge Franganillo, profesor de Información y Documentación de la Universidad de Barcelona.
"Durante siglos hemos asociado más información a más libertad. Sin embargo, hoy día, no por tener más donde elegir tenemos más libertad ni estamos más satisfechos. La información es imprescindible en la vida moderna, pero en exceso es asfixiante y resulta difícil de procesar. Al final, más es menos". Nos puede incluso hacer menos productivos, como observó el psicólogo británico Amir Khaki, de AK Consulting, estudiando el comportamiento de un grupo de ejecutivos: la consulta continua de la BlackBerry aumenta el estrés y reduce la productividad. Uno de los sujetos del estudio tardaba el triple de tiempo en rellenar impresos comunes por la constante distracción de su teléfono inteligente. "La presión que provoca la sobrecarga informativa retrasa decisiones importantes o hace que se tomen medidas sin la suficiente reflexión. Y causa también una fricción informativa que dispersa la atención y aumenta la fatiga. La energía física e intelectual que consumimos para obtener la información correcta se desperdicia si no hacemos algo útil con ella", dice Franganillo. Y, por mucho tiempo que invirtamos, siempre tenemos la impresión de que se nos está escapando algo. "Esta sobreabundancia hace que pocos elementos de entre todo ese mar resalten y queden fijados a nuestra memoria, que hoy se encuentra medio perdida al no poder atar datos con situaciones y lugares concretos. Muchas cosas pasan desapercibidas, miradas sin ser vista", dice Roberto Balaguer, psicólogo especialista en Internet…."
Nunca mejor puesto. ¿Somos conscientes de que el exceso de información puede reducir nuestra efectividad/productividad laboral? En Healthy Work siempre hemos entendido que a veces es necesario llevar trabajo a casa, de la misma manera que a veces tenemos que resolver un problema personal o familiar y deberíamos poder dejar a un lado el trabajo para atender otras responsabilidades. La conciliación no consiste en separar dos mundos sino en saber administrarlos. Los profesionales liberales tienen más experiencia en la mezcla del mundo personal y el laboral. Ojo, no confundamos el cruce de responsabilidades con una mala gestión donde un mundo crece (casi siempre el laboral) en detrimento del tiempo del otro (y de la eficacia del que saturamos). En esto del equilibrio personal/laboral el exceso de comunicación es uno de los aspectos importantes a tener en cuenta para mantenernos cuerdos, sanos, felices y rindiendo en nuestros trabajos.
Podéis leer el artículo en:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Atentos/todo/nada/elpepusoc/20110512elpepusoc_3/Tes
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