Recientemente en alguna tertulia radiofónica escuchaba a alguien decir que en Septiembre empieza el año. Creo que es algo que muchos compartimos. El parón en Navidad es de solo unos días y con el estrés de las fiestas difícilmente desconectamos. El parón del verano es otra cosa. Al menos dos semanas sí que dan tiempo para desconectar y para llenarnos de nuevos propósitos y energía. Una mejor “gestión del tiempo” es frecuentemente uno de esos propósitos y es lo que queremos abordar hoy y lo que Healthy Work presentará en el Newsletter de este Otoño. Muchos cursos de gestión del tiempo comienzan con un ejercicio. A los participantes se les pide que hagan una lista de todo lo que tienen que hacer en las próximas dos semanas. Después de darles un tiempo se reparten tres lápices de colores y se les pide que subrayen en rojo aquello relacionado con el trabajo (terminar un proyecto), en azul aquello que tiene que ver con familia/amigos (llevar al niño al médico) y en verde lo que tiene que ver con uno mismo (cortarnos el pelo). El ejercicio es muy ilustrativo del desequilibrio que existe en nuestras vidas y de la importancia que damos a ciertos aspectos frente a otros.
Los parones en vacaciones frecuentemente nos hacen reflexionar sobre estos equilibrios y en Septiembre todos empezamos con la voluntad de hacer cambios para mejorar nuestra gestión del tiempo. En esta gestión que todos queremos mejorar, la manera más eficaz de vivir no consiste en ahorrar tiempo sino en el control de la forma de gastarlo. Para ello, algunas de las cosas que podemos aprender a hacer incluyen:
1.- Levantarnos pronto. Tres de cada cuatro hombres necesitan más de 30 minutos para ir de la cama a la puerta y un 45% necesita más de 45 minutos. Supera la falta de decisión. Es como tirarse al agua de una piscina que pensamos que esta fría. Si lo pensamos no salimos de la cama ni entramos en el agua. Acuéstate antes y levántate pronto.
2.- Aprovechar los desplazamientos. En el coche, en el tren, caminando o en bici. Podemos escuchar música, escuchar libros o leerlos, hacer ejercicio, hacer llamadas con el manos libres. Si puedes modificar tus horarios para evitar atascos en horas punta, hazlo. Hay muchas maneras de aprovechar los desplazamientos.
3.- Comienza a trabajar nada más llegar a tu lugar de trabajo. Cuantos no nos dedicamos a fumar, desayunar, ponernos al día de lo ocurrido el día anterior… todo en momentos en los que estamos descansados y podríamos rendir mucho.
“Procrastinar” es un anglicismo que indica el dejar para luego lo que podemos hacer ahora. Las cosas hay que atacarlas enfrentándonos a ellas acabándolas/ solucionándolas/ iniciándolas/ confrontándolas. Dejar de hacerlo solo nos lleva a una peor gestión de un tiempo que podríamos dedicar a muchas otras cosas. Encender el ordenador debe de ser la manera de comenzar nuestra carrera diaria. Trabaja antes de entrar en internet, conseguirás hacer más cosas. Comienza y enfréntate a las cosas. Al cerebro humano le cuesta comenzar pero una vez que lo ha hecho, siempre quiere acabar lo que ha empezado. Ayúdale a comenzar y gestionaras mejor tú tiempo.
4.- Gasta en experiencias y no en bienes materiales. En la Universidad de San Francisco se realizó hace ya años un estudio que mostró que las personas que gastan dinero en viajes y en actividades son más felices que las que gastan en televisiones, relojes o adornos para casa. Gastar en vacaciones se convierte en recuerdos que nos ayudan durante el año. Gastar en algo material se olvida en menos de 7 semanas y media.
5.- Ten planes de futuro. Reserva tu viaje. Lo necesitas para mantener la ilusión y para rendir en tu trabajo. Recientemente escuchaba a Eduard Punset hablar sobre la imposibilidad de una empresa para crecer cuando sus empleados no descansan/ desconectan. Si solo te dedicas a trabajar tu rendimiento se mantendrá muy por debajo de aquel que haya parado a descansar. Un estudio realizado con el Boston Consulting Group mostró que cuando los empleados eran obligados a tomarse días extra (además de las vacaciones) con la prohibición de consultar sus e-mails el resultado fue un claro aumento del rendimiento laboral y de la satisfacción con su equilibrio vida/trabajo. Más vacaciones crean empleados modélicos. ¿No hemos vuelto todos con mayor capacidad de trabajo que la que teníamos antes del verano?
6.- Redefine “tiempo de calidad”. Un 51% de nosotros dedicamos el tiempo de calidad a ver la televisión y navegar por internet. El resto realizamos tareas del hogar, hacemos algo de ejercicio, un 4% de las personas lo dedican a una afición, un 8% a la familia y un 1% a voluntariado. Cotillear por Facebook y ver la tele nos vuelve “patatas de sofá”, (couch potatoes) aumenta nuestra cintura y disminuye nuestra cuenta bancaria, nuestra imaginación, nuestra creatividad y empeora nuestra vida sexual. ¿No podríamos en ese tiempo que nos queda en el que no dormimos, comemos o trabajamos aprender un idioma, emprender un negocio, perder peso, tocar un instrumento o conocer el arte de nuestra ciudad? Analicemos donde estamos y donde queremos estar, ahora que hemos vuelto con fuerzas, y pongámonos manos a la obra. No se trata de apurar el tiempo de una forma obsesiva. También hay que encontrar momentos para oler las flores (como Simon and Garfunkel) o dedicarnos al dolce far niente, pero sí de rellenar parte de ese tiempo con actividades que nos acerquen a donde queremos estar.
7.- Por último, se honesto contigo mismo. Deja de vender ti eficacia/eficiencia en función de las horas dedicadas al trabajo. Hoy fui a caminar y pasé al lado de dos trabajadores que durante la hora entera de mi paseo discutían sobre los días de vacaciones que le correspondían a cada uno. Ninguno de los dos trabajo durante esa hora que no se si se extendió. No trabajamos tanto como decimos. Un 45% de los trabajadores dedican parte del tiempo a internet y un 23% a charlar con los compañeros. No es ya hora de que midamos nuestro trabajo no en función del tiempo en la oficina sino en función de la calidad/cantidad de trabajo realizado. Aumenta tu productividad y vuelve antes a casa. Concéntrate en el trabajo y no en que parezca que trabajas. Si lo haces así tendrás una mejor gestión de tu tiempo.
Hechas las recomendaciones solo nos queda ponerlas en marcha. Solo cambiando como nos comportamos cambiaran las cosas. Se trata de que el próximo verano estemos más satisfechos con nosotros mismos, con nuestro trabajo y con el equilibrio que existe entre nuestra vida personal y laboral. Dejemos de racionalizar como cada una de las sugerencias hechas no se pueden llevar a cabo (oh siempre te miden por el tiempo que estas así que no me puedo ir antes… oh estoy tan cansado que voy a ver la TV…, oh no puedo descansar nunca acabaríamos ese proyecto…, oh que a gustito se está en la cama, solo un minuto más…) y pongámonos manos a la obra. Haber descansado nos da la energía necesaria.
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