Me dicen que la gasolina va a
llegar a más de 2 euros antes de Navidades. Nos acaban de subir el IVA y todo
lo que pagamos cuesta más caro, por otro lado los recortes o la falta de
trabajo reducen el dinero que ingresamos para pagar muchas cosas. Por primera
vez el concepto tan taladrado en los últimos meses de “reinventarse” tiene
sentido. Hoy más que nunca entiendo a Mario Alonso Puig que ha dejado la
medicina para hablarnos de la necesidad de cambiarnos a nosotros mismos para
encarar una nueva era. Hace ya unos años recuerdo haber leído una comparativa
a lo largo de los años sobre el número de barras de pan que se podían adquirir con un salario mínimo. Todos lo sabemos, a nuestros padres el dinero les
daba para más y al paso que vamos a nosotros nos da para mucho más de lo que
les dará a nuestros hijos. No nos queda más remedio que reinventarnos. Después
de años de crecimiento donde todas mirábamos alrededor y pedíamos créditos para
comprarnos todo tipo de lujos, de años donde el “estado de bienestar” crecía
sin que lo hicieran nuestros impuestos (ahora sabemos que a base de pedir
prestado) ahora tocan vacas flacas. Ante esto solo queda reinventarse y volver a los valores. Quizás a lo que de verdad importa como sabe María Franco de la Fundación que lleva ese nombre.
En Healthy Work llevamos muchos
años de trabajo formando trabajadores en adaptación cultural. Hemos ayudado a personas
a desarrollar las habilidades necesarias para funcionar en culturas con
costumbres, valores y creencias diferentes. Solo desde la flexibilidad y desde
un esfuerzo importante por entender los cambios que nos rodean cuando cambiamos
de país podemos lograr una adaptación adecuada. Pues bien, sostenemos que
muchas de las habilidades que se necesitan para adaptarse a una nueva cultura,
a un nuevo país son las que necesitamos para adaptarnos a unos nuevos tiempos,
para reinventarnos.
Fundamentales son:
-
Mantener expectativas realistas sobre lo que nos
rodea y sobre el estilo de vida que nos toca vivir después de los años vividos.
Todavía hoy encontramos negocios en que olvidándose de que el cliente es más
importante que nunca se nos trata mal, como si el trabajo sobrara. Algunos ni hemos reaccionado.
-
La tolerancia a la ambigüedad. A menudo no
sabemos lo que puede ocurrir, Ni si quiera si nuestro trabajo está seguro.
Desarrollar habilidades para manejarse en situaciones ambiguas es crucial en
los tiempos que corren. Solo desde confiar en nosotros mismos y nuestra
capacidad para enfrentarnos a lo que venga podemos manejarnos en arenas
movedizas.
-
Una mentalidad abierta. Tenemos que ser capaces
de escuchar, de reinventarnos y de ser capaces de mantenernos abiertos a otras
ideas. Gandhi dijo que siempre debemos abrir las ventanas de nuestras casas
para que entre el viento, (aunque no dejemos que este viento nos arranque de
ellas.)
-
El respeto a las creencias de los demás.
Compañeros de trabajo, clientes, jefes, son más importantes que nunca. Desde el
respeto, la empatía y la escucha podemos hacer que las cosas marchen mejor.
-
La tolerancia y la flexibilidad. Desde creernos
en posesión de toda la verdad y desde el rechazo a lo diferente fracasaremos.
La situación requiere tolerancia y flexibilidad.
-
Mantener nuestra autoestima, creer en nosotros,
tener iniciativa. Venga lo que venga podemos. Yes, we can. Solo desde la creencia firme de que venga lo
que venga sabremos enfrentarnos, solo desde la pérdida del miedo y de la
confianza en nosotros mismos podemos confiar, arriesgarnos y conseguir cambios.
-
El sentido del humor es crucial. Un paciente mio
que ha conseguido controlar su continua ansiedad y el miedo a lo que vendrá me
comentaba esta semana que desde que esto ha ocurrido la gente le llama más. El
buen humor y su capacidad para ver las cosas con humor han tenido mucho que
ver.
-
La comunicación con la familia y los seres
queridos. No estamos solos ante las dificultades que nos rodean. La comunicación
y el apoyo de nuestros amigos, de nuestra pareja, padres, hijos etc. nos ayuda
a mantener la confianza en nosotros mismos y a sentirnos más seguros a lo largo
de momentos difíciles. Esto estimula nuestra creatividad e iniciativa, algo
crucial para salir adelante.
-
La adaptabilidad es crucial. Tanto en la adaptación
cultural como en la adaptación en este periodo de “crisis” hay que saber
adaptarse a la situación. De nada sirve quejarse. Aceptar la situación es el
primer paso para enfrentarse a ella, cambiando lo que se pueda cambiar y adaptándonos
a lo que no se puede cambiar.
Al final las cualidades que
marcan las diferencias en los tiempos que corren son las mismas que diferencian
a quienes se adaptan a otras culturas. La persistencia (para encontrar trabajo
a conseguir a un cliente) el aprendizaje de las interacciones, el respeto a
otras maneras de entender la vida, el conocer nuestras propias limitaciones, la
tolerancia a la ambigüedad, la habilidad para comunicarse en casa y en el
trabajo, el solucionar en lugar de quejarse, el optimismo, la empatía, la
flexibilidad, el saber escuchar y observar, el saber ajustarse a los tiempos
que corren.
Uno de los grandes problemas que
tenemos es que aunque somos mas que plenamente conscientes de que las cosas han
cambiado parece que dedicamos más tiempo a quejarnos y a buscar culpables que a
descubrir como reinventarnos desarrollando las habilidades que hemos
mencionado. Animo a todos, agradezcamos lo que tenemos y luchemos duro durante
la época que nos ha tocado vivir. No nos rindamos. El vendedor que hace 100
llamadas tiene más posibilidades de vender que el que hace 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario