Healthy Work siempre se ha preocupado por el equilibrio
entre nuestra vida laboral y nuestra vida personal y dentro de los seminarios
que hemos realizado en varias empresas se encuentran los de “Habilidades
Parentales”.
En el blog de Noviembre queremos hablar de ellas, un tema
que a juzgar por el número de personas que atienden estos cursos nos preocupa a
todos. Ser padre es un proceso y una actitud con la que asumimos la
responsabilidad de promover y apoyar el desarrollo físico, emocional e
intelectual de un niño hasta que llega a ser adulto. No es solo una relación biológica,
se trata de un compromiso de ayuda y por ayuda no entendemos sobreprotección y entrega de “las cosas hechas” sino un saber
estar al lado de alguien poniendo límites.
Trabajando, a menudo nos sentimos culpables porque nos
cuesta dedicar todo el tiempo que querríamos a la tarea de educar a nuestros
hijos pero hacerlo bien no significa que siempre tengamos que estar ahí.
Hacerlo bien no implica ser perfectos. Para hacerlo bien basta con que nuestros
hijos se den cuenta de que estamos a su lado y de que lo hacemos lo mejor que
podemos. De la misma manera que esperamos que lo hagan ellos.
En nuestros "lunch and learns" examinamos por ejemplo algunas de las habilidades que caracterizan a una buena madre o un buen padre:
-Pasa
tiempo de “calidad con sus hijos” creando vínculos emocionales, poniendo limites, enseñando lo que esta
bien y mal, convirtiéndose en modelo con lo que se dice y con lo que se hace.
- Asume
la responsabilidad de ser padre dando amor y apoyo, mostrando interés por lo
que su hijo “hace” y “es”, haciendo actividades juntos tales como ir de
vacaciones, acudir a actividades escolares o ayudando con los deberes y
enseñando a ser respetuoso.
- Muestra
afecto y cariño: los niños necesitan saber que se les quiere incondicionalmente.
Aunque no aprobemos ciertas cosas que hacen si que les aprobamos a ellos. Es
importante que vean como nosotros también expresamos amor y cariño a nuestro
alrededor, a padres, amigos etc.
- Desarrolla
expectativas razonables. La autoestima se basa en la exigencia razonable de
mejoras y no en crear expectativas inalcanzables que lleven al fracaso.
Nuestros hijos no tienen que alcanzar las metas que nosotros no alcanzamos.
Cada uno es diferente de nosotros y nuestra responsabilidad es ayudarles a
realizar su potencial sin sobre exigir.
Y algunas de las caracteristicas que caracterizan a un mal padre o una mala madre:
-Ignora
a sus hijos, sus necesidades o su seguridad dejándoles en situaciones
peligrosas sin supervisión haciéndoles sentirse carentes de valor.
-Muestra
demasiada preocupación por sus hijos y los mima haciéndoles demasiado caprichosos
e incapaces de valerse por si mismos, dependientes de los demás o miedosos ante
la vida.
-Maneja
mal el dinero dando demasiado o no dando nada de manera que los niños no
desarrollan el valor de las cosas o se ven obligados a obtener lo que necesitan
de forma ilícita.
-No se fía
de sus hijos, desconfía constantemente y ni siquiera les da la oportunidad de
explicarse generando conductas desafiantes, rebeldes y desmotivándoles.
Es curioso que a menudo nos olvidemos de la importante relación que hay entre nuestro trabajo y nuestra vida privada. Hay personas que aprenden más de liderazgo y gestión de personas en casa que en la formación de la empresa y viceversa. Mucho de lo que hacemos bien en un lado de nuestras vidas nos enseña y nos ayuda a hacerlo bien en el otro. Trabajar no es siempre robarle tiempo a la familia. Estar con quienes queremos nos ayuda a sentirnos mejor y a manejarnos mejor en el mundo laboral, a recargar para hacerlo mejor.
Muchas personas no entienden la relación entre ambos mundos. Algunos escogen dedicarse a la familia y trabajar mal (los menos) perdiendo la riqueza de exponerse a otros mundos y personas; otros se esconden en el trabajo y pierden la oportunidad de aprender siendo buenos padres, recargándose en el mundo familiar. Algunos saben ser felices. Freud decía que la felicidad era la capacidad de trabajar y la de amar; la de trabajar y la de saber gestionar el amor, la familia y el ocio. Triunfar en solo uno de estos dos mundos no basta. Queremos hacerlo bien en el trabajo pero también ser buenas parejas, buenos hijos y buenos padres. Es por ello que las empresas invierten en ayudar a sus empleados a ser buenos padres. Al final el resultado repercute en un mejor trabajador.
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